martes, 7 de abril de 2015

Tatuajes en la cultura occidental

El tatuaje llegó a Occidente por vía marítima. Las expediciones de Colón en América y del capitán James Cook a las islas de la Polinesia fueron el punto de partida del tatuaje hacia Occidente. En estas expediciones los marineros tuvieron contacto con los indígenas amerindios, con los maoríes y con otras tribus que les “enseñaron” el arte de tatuar. A su retorno, los marineros abrieron sus propios estudios de tatuaje y popularizaron esta disciplina entre los sectores populares. En 1846 se abre en Nueva York lo que aparentemente fue el primer estudio de tatuaje. Durante la Guerra de Secesión el arte del tatuaje experimentó un gran crecimiento y popularización. Fellows, Hildebrandt y O'Reilly, el inventor de la máquina de tatuar, fueron los encargados de hacer de la práctica tatuadora una profesión.

A lo largo de la historia también se pueden encontrar, como en la Alemania nazi (como el ejemplo más conocido aunque no sea el único) donde se utilizó el tatuaje para marcar a los prisioneros de los campos de concentración.

Desde finales del siglo XX, el tatuaje ha sido popularizado e incorporado progresivamente a la sociedad y hoy día éste cumple funciones puramente estéticas, un modo de expresión artística que no distingue entre sectores sociales.

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